lunes, 19 de marzo de 2007

2006. EL ÁRBOL SECO


59x45
Óleo-tabla

El árbol más inmóvil, solitario,
el más grave, ceñudo, mustio y serio
tiene aún en sus ramas el misterio
del amor escondido y milenario.

Luce enclenque, sediento, sedentario

tras el muro senil del cementerio
y sin rejas asume el cautiverio
que su espacio le brinda, necesario.

Hace tiempo que vive despojado
de sus hojas, sus frutos y sus flores,
de su siempre pasivo itinerario.

En un sueño perpetuo vive anclado
evocando los viejos esplendores
donde aún canta a veces el canario.

-Heriberto Bravo Bravo-

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