domingo, 18 de marzo de 2007

2004. MIRANDO EL ABISMO.


61x46
Óleo-lienzo


Algunas tardes, tras salir de clase y sin tener nada mejor que hacer, Carlos, Manolo y yo nos dedicábamos a vagar y vaguear por la “calle la Bola” y terminábamos la jornada indefectiblemente asomados al abismo del Tajo, por la Alameda o por el Paseo de los Ingleses, desde el que lanzábamos piedrecitas envueltas en papel blanco para ver si conseguíamos divisarlas cuando tocaran el fondo. Mientras tanto, el sol nos iba dando su “hasta mañana” dorado desde la sierra de Grazalema.


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