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Acuarela-papel
Bruselas tiene la fama de ser una capital gris, como su cielo eternamente encapotado. Pero la ciudad guarda un secreto oculto a los ojos de los forasteros y que sólo los que allí hemos residido lo conocen: el color está tras las tristes fachadas, en el interior de las manzanas que forman las cuadrículas de sus calles y en los tejados moteados de claraboyas y de altivas chimeneas. Este es el espectáculo que se disfrutaba desde la ventana de mi habitación, en mi barrio, Schaerbeek, Bruselas.
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